Es una afirmación para ser consciente que si creo el mundo que veo, también creo mis relaciones personales, por lo tanto soy responsable de ellas.
Fíjate que utilizo la palabra “responsable» en lugar de culpable. Esto implica un cambio de percepción.
Nuestro mente está acostumbrada a buscar afuera a los culpables de su infelicidad, busca afuera las fallas y señala a los culpables.
Pero cuando digo “Soy responsable de mis relaciones”, me coloco en una posición de poder, de elección.
No necesariamente para cambiar por otros relaciones, sino para reflexionar acerca de ¿qué me está queriendo decir esto sobre mí? Ya que si todo lo que me rodea es una proyección de mi interior, ¿cómo es que esto aparece en mi vida? ¿qué no quiero ver o qué me quiere mostrar esto?
Después de meditar sobre esto, encuentro que las creencias que tengo afectan cómo me relaciono con otros. A veces son creencias que conllevan a relaciones amorosas, otras a generar conflictos.
Sin embargo, las creencias se pueden cambiar si soy consciente del origen del conflicto y si elijo cambiar de percepción.
El solo hecho de darme cuenta que la causa de todo lo que sucede en mis relaciones soy yo, me coloca en una posición de elección: decido sentirme culpable por esto, o decido comprenderme y amarme.
Un Curso de Milagros dice: “…Cuando te sientas tentado de acusar a alguien de algún pecado, no permitas que tu mente se detenga a pensar en lo que esa persona hizo, pues eso es engañarse uno a sí mismo. Pregúntate, en cambio: ¿Me acusaría a mí mismo de eso?” (Lección 134, 9-2)
El cambio de percepción desde «culpar a otro” a «responsabilizarme y sentir comprensión hacia mí misma», es necesario para comenzar a crear relaciones conscientemente.
Cuando miro hacia adentro de mí misma y acepto que es mío, logro encontrar el origen del conflicto.
He encontrado que en ocasiones el origen del conflicto son las expectativas generadas alrededor de una situación o persona. Yo espero que esa persona responda según mis valores y creencias personales, si no lo hace no lo acepto y reclamo mi insatisfacción enojándome.
Mi mente define esto como una forma inadecuada de responder, una intolerancia, algo que resisto y evito. A la vez esta resistencia exterior, señala una resistencia interior, es como un área interior que no permito aceptar en mí.
Hay una frase popular que dice “lo que te choca, te checa”, es decir si te molesta lo tienes dentro.
Estudios científicos muestran que nuestra mente inconsciente no diferencia entre yo y el otro. Por esto cobra sentido la anterior frase mencionada de UCDM.
Y creo que la clave está en la autodefinición que hacemos de nosotros mismos, en permitirnos SER sin clasificarnos, en entender que tenemos todas las cualidades y defectos.
Los conflictos nos muestran áreas de nosotros mismos que nos hace falta amar, por lo tanto la primera responsabilidad que tenemos es amarnos con todos los aspectos del ser.